viernes, 29 de enero de 2016

Reseña: Stolen Songbird

Sinopsis: Durante cinco siglos la maldición de una bruja ha obligado a los trolls a permanecer en su ciudad, bajo las ruinas de la Montaña Abandonada. El tiempo suficiente para que su magia oscura y perversa desapareciera de la memoria humana y se convirtiera en mito. No obstante, la profecía habla de una unión con poder suficiente para liberar a los trolls, y cuando Cécile de Troyes es raptada y llevada bajo la montaña, descubre que el mito de los trolls es mucho más real de lo que nunca pudo imaginar.
Cécile sólo tiene una cosa en mente tras ser llevada a Trollus: escapar. Solo que los trolls son inteligentes, rápidos e inhumanamente fuertes. Tendrá que esperar pacientemente, aguardar a la oportunidad perfecta.
Pero algo inesperado ocurre mientras espera: comienza a sentir algo por el enigmático príncipe troll con el cual se ha unido y casado. Empiezan a hacerse amigos. Y comienza a comprender que ella tal vez sea la única esperanza para los mestizos, criaturas mitad trolls, mitad humanos, que son esclavos de los trolls de sangre pura. Se está gestando una rebelión. Y su príncipe, Tristan, el futuro rey, es su líder secreto.
A medida que Cécile se involucra en los intrincados juegos políticos de Trollus, se convierte en más que la hija de un granjero. Se convierte en una princesa, en la esperanza del pueblo, y en una bruja con una magia lo suficientemente poderosa como para cambiar Trollus para siempre.
Título original: Stolen Songbird.
Saga/Trilogía: Sí.
Español: No.


Tengo que admitir que una de las razones que me llevaron a leer este libro fue su portada, ¿a que es hermosisíma? La sinopsis también ayudó, sin embargo. Yo amo los libros de fantasía, es mi género preferido a la hora de leer un libro, y este en especial tenía algo fuera de lo común que me llamó la atención: trolls. Me intrigaba saber como eran los trolls que Danielle J. Jensen creó en su historia, porque claro, seguramente no debían ser los típicos monstruos gigantes y descomunales, no precisamente lindos a la vista, que estamos acostumbrados. Y no me equivocaba, los trolls de está historia no son así, al menos no todos. Digamos que hay muchos tipos de ellos. 




Todos los trolls comparten dos rasgos: unos ojos muy singulares y el pelo negro como la tinta. La protagonista, por otro lado, pelirroja de ojos verdes, desentona notablemente entre ellos.
Ella es Cécile de Troyes, hija de un granjero y una cantante famosa. Vive con su padre, pero está a punto de mudarse a la capital para estar con su madre y así perseguir su sueño de ser cantante como ella. Un día, cuando Cécile cabalgaba de camino a su casa, es secuestrada. Su secuestrador, un humano llamado la Luc, la lleva contra su voluntad al reino de Trollus, situado en el interior de una montaña. 

Los trolls han estado atrapados en Trollus por cinco siglos, bajo la maldición de una bruja humana. Ellos no pueden salir. No obstante, hay una profecía que dice que uniendo a una hija del día con un hijo de la noche, el hechizo que mantiene a los trolls atrapados se romperá. Ahí es donde encaja Cécile, quien es forzada a casarse con el príncipe troll, Tristan.
Oh Dios, este hombre. El no es como los trolls de los cuentos que oíamos de niños, el es sexy. Desde, literalmente, su primera aparición, me cayó muy bien con su personalidad petulante y su humor negro. Sin embargo, el personaje esconde mucho más que eso. Su personalidad es todo menos simple.

Ambos protagonistas me agradaron. Pude comprender a Cécile, las decisiones que tomaba y los errores que cometía, lejos de exasperarme, simpaticé mucho con ella. Creo que yo hubiera actuado igual. Solo me molestó lo crédula que por momentos era, en varias oportunidades creyó sin parpadear lo que las malas lenguas le decían, a expensas de que Tristan había afirmado lo contrario.
Creo que eso fue lo que más me gustó del libro, la relación entre Tristan y Cécile. Ellos no se unieron en un matrimonio normal, lo hicieron en uno que involucra magia troll. Ahora ellos están unidos; pueden percibir lo que el otro está sintiendo, saber siempre donde está la otra persona y, lo más importante, si uno muere, el otro lo también hará. Escalofriante, ¿no?

Este vínculo genera escenas de lo más incómodas, graciosas, y apasionadas. La situación al principio es muy extraña para ambos. Cécile odia a Tristan. Para Tristan, Cécile es una molestia.
Su relación es lo contrario al insta-love que muchas novelas juveniles acostumbran. Se desarrolla lentamente, lo que la hace mucho más creíble y sobre todo, deseada ¡no podía soltar el libro para saber cuando iban a saltar las chispas entre ellos! Siento que se complementan muy bien el uno al otro.

Los personajes secundarios y el mundo también están muy bien trabajados. Pude imaginarme Trollus con toda claridad, y entendí la desesperación de Cécile por estar constantemente a oscuras.

Quizá lo único que no me agradó tanto es que el libro se me hizo un poco predecible. Estoy un 90% segura de saber qué es lo que va a pasar en el segundo libro. Así que sí, solo me queda leerlo y descubrirlo, cosa que sin duda, haré.

Mi puntuación es de 3 lunas y media.








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